domingo, 25 de enero de 2009

Tratando de comprender

Hay dos vidas: la que nosotros vivimos y la que nos vive a nosotros.
Todavía en la cama, termino la lectura de los periódicos de ayer.
Una foto: el padre la madre, embarazada, ambos en paro, y dos críos pequeños. Los quieren echar de casa ¿Como se les habrá ocurrido tener otro hijo? ¿Lo habrán decidido libremente?
En la radio, una comentarista dice que, después de las imágenes de la masacre de Ghaza, ver a los niños palestinos ir al colegio con sus mochilas de colores (rosas y amarillas, dice) es edificante. Salto de la cama sin proferir ninguna obscenidad.

Desayuno. Café con leche y una mona (bollo en Murcia) . Dos periódicos todavía calientes, como la mona, y un concierto para clarinete de Mozart. Sigue el espectáculo mediático y el torbellino de ideas.

Carmen Magallón cita a la feminista sudafricana Olive Schreiner (¡ni idea! ¿negra?) “... una mujer sabe lo que cuesta una vida y que es más fácil destruirla que crearla.
Verdad. Imagino a Zipi Livni embarazada, luego, pariendo y amamantando a un precioso bebé (el suyo). Mira a su criatura, embobada, mientras lo acuna en su regazo. ¿Pensará cuánto cuesta una vida y lo fácil que es destruirla? ¿Habrá dos mujeres en Zipi Livni, dos vidas?
En la calle, una banda pasa tocando una marcha americana a todo trapo. Se jodió el concierto mozartiano. Se acerca San Blas y el barrio lo celebra año tras año con bandas, procesiones y puestos donde venden trocitos de turrón y otras chucherías tradicionales y cutres. No faltan los carruseles, no menos cutres. Serán diez días de bocinazos y música (¿música?) repleta de decibelios, repetida mil veces a lo largo de diez insoportables tardes (no cuento las mañanas de sábados y domingos). La gente acudirá a repetir el ritual absurdo, como pájaros o insectos, aunque, al contrario que estos, no tendrá ningún sentido. ¿Qué pensará la gente del sentido de La Candelaria? Y de Obama ¿qué pensarán? ¿Y de Ghaza? ¿Y del calentamiento global o el desarrollo sostenible? Casi mejor que no piensen nada.
Mozart sigue; ahora con un quinteto también para clarinete. Yo, también, sigo sin entender que relación existe entre el amor a la vida y las bombas de fósforo blanco? Supongo que la “Madre con hijo” es una metáfora, un símbolo del amor, de la bondad y ternura humanas, y que “El Bombardeo” lo es de todo el mal del que somos capaces los hombres (esta vez, sin femenino). “Madre con hijo ordenando un bombardeo” (de otros hijos).
¿Es posible separar a la madre, de la ministra? ¿Mandaría Carme Chacón a su hijo a Afganistán? ¿Querrá decir Olivia Schreiner que creamos la vida con nuestra parte femenina y la destruimos con nuestra parte masculina?

Como dice la jota manchega,

Si mi agüela tuviera un par de güevos
Si mi agüela tuviera un par de güevos
Ya no sería mi agüela
que seria ¡ay! mi agüelo

Yo creo que la mayor parte de la gente que habla, habla por hablar y que los que escriben, escriben por ganar algo, pero que, en general, ninguno tiene idea de lo que dice.
Por fin, el desconcierto ante la incoherencia. ¿Héroe o villano?
¿Será la respuesta a mis preguntas?

Siempre he pensado que ante un acto absoluto de injusticia, como es un apuñalamiento, no podemos predecir nuestra reacción. La típica preguntita ¿qué harías si te encontraras en la calle a un fulano, clase A, machacándole el cráneo con un ladrillo a un mengano clase B? ¿Defenderlo? ¿Salir corriendo? (Sustituir clase A por "alemán" y clase B por "turco" y tendréis la pregunta que me hicieron a mí, hace mucho tiempo, unos alemanes)
Yo, personalmente no sé como reaccionaría. Pero sé que la respuesta nada tiene que ver con lo que somos, sino con algo mucho más profundo e incontrolable. No creo que la agresión machista sea algo profundo e incrontolable. Aunque sí lo es en otro sentido.
Cansado de los anuncios a doble página y de las noticias con doble intención me traslado a un medio cada vez confortable y cordial para mí: el blog, los blogs. El clarinete sigue sonando, pero desde aquí apenas se oye.
Uno que me tiene muy intrigado es La melancolía del ladrillo. Lo tengo puesto en nómina. Os recomiendo los últimos mensajes (como Javier de la Riviera llama a las entradas).
En éste, sobre la SGAE, hay un llamamiento a la acción, que pienso secundar. Seré muy descreído, pero en estas historias pico siempre (si digo:"pincho siempre" la ambigüedad persiste).
Las entradas de este blog son como esos dardos que disparan los biólogos a los grandes mamíferos desde un helicóptero. Me dejan completamente paralizado (en mi caso, psíquicamente). Me quedo sin juicio. Ésta es un ejemplo. Además, como no tienen apenas comentarios, no encuentro ni siquiera una señale para orientarme. Todo lo que se dice lleva la acreditación correspondiente, las pruebas, los certificados de veracidad, etc. Pero es tan definitivo, que si te lo crees, es peor; queda en evidencia ese otro dardo que llevamos todos clavado permanentemente: el que nos deja sin tendones, el que nos impide reaccionar ante cualquier acontecimiento que ocurra en nuestro mundo globalizado, ya se llame hambre, guerra, agresión medioambiental, etc.
Hace ya rato que terminó Mozart su quinteto y la casa se ha vuelto más fría, más melancólica.
Voy a ver qué pongo ahora.