jueves, 16 de junio de 2011

19-J Homilia dominical (1)

I





El ser humano ha necesitado siempre someter a otros seres humanos. De hecho la Historia se ha tejido sobre el cañamazo del patriarcado que comienza con el sometimiento de la mujer. En su afán de dominio los hombres se han valido no sólo de la fuerza, también de la fe en dioses y divinidades inmateriales, en otros conceptos abstractos y en sus representaciones simbólicas. La Fe ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del Poder. Es más, sin fe en el Poder no hay Poder.

Otros conceptos, como la raza, la nacionalidad, el imperio, o el de pueblo elegido han venido a reforzar y a extender la Fe en Dios y en su Poder. El llamado Contrato Social, la promulgación de leyes y otras instituciones han intentado validar esta Fe, ocultando y disimulando los verdaderos intereses del Poder y sus intenciones.

Otro pilar en el que se asienta el Poder ha sido y sigue siendo la acumulación de riqueza. Pues sólo creando en el otro un estado de necesidad, de dependencia y de miedo es posible dominarlo.

La acumulación de riquezas, inseparable del ejercicio del Poder, también ha necesitado de la Fe hasta tal punto que desde que el Dinero alcanza su forma más inmaterial y abstracta, el papel moneda, la Fe en Dios y en el Dinero son la misma cosa. Consecuencias implícitas de la Fe en Dios, como la creencia en el tiempo (frente al no-tiempo de la eternidad) o en la muerte futura (frente a la vida eterna), y la esperanza en una recompensa o castigo en el más allá, son connaturales a la Fe en el Dinero. Como dice David Ike, “usted tiene dinero si en el terminal de su PC aparece una cifra”. La deuda se perdona igual que nuestros pecados, mediante la Fe en la palabra del representante de Dios y produce el mismo alivio sin que nada aparentemente haya cambiado.

Cuando la idea de un Dios de blanca barba se hace imposible de aceptar, nada cambia para el Poder, porque la Fe (en el Dinero) sigue siendo la misma. Incluso más útil para el Poder Único, pues los distintos nombres de Dios creaban el engaño de la existencia de distintos dioses, distintos credos y distintas clases de creyentes. Por eso el Dinero es laico y los diferentes nombres que recibe el Dinero o sus monedas no impiden que sea absolutamente intercambiables. Son la misma cosa. Hoy, la humanidad entera, sometida al mismo y único Dios, es la misma y única grey que acepta sus preceptos con la promesa de alcanzar algún día (siempre Futuro) la recompensa prometida, o sea, la felicidad en forma de adquisiciones, pues todo, desde una casa, o un coche de lujo, hasta una operación de cirugía estética, un título, cualquier clase de placer, se puede comprar. Así pues un sólo Dios, una sola Fe y una sola religión: El Capitalismo.

El uso de la fuerza bruta ha pasado con el tiempo a ser un elemento latente, existe sobre todo como una amenaza y es utilizada en último extremo, siempre utilizado por motivos económicos, cuando la Fe en el Dinero no se impone por sí sola. La violencia real se ha transformado en algo intrínseco a la misma civilización. Impregna todos los ámbitos de la vida bajo formas sutiles, como la propaganda subliminal o la imagen de un mundo permanentemente amenazado.

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19-J Homilia dominical (2)

II


El deseo de acumular riqueza y heredarla con la ayuda de Dios es el origen de patriarcado, es decir el sometimiento de la mujer al varón. Pero también el origen del Capitalismo. El capitalismo se basa en el deseo de acumular riqueza y poder y en la Fe, ya sea en el dinero (Dios) o en el Tiempo (Futuro). Las mujeres siguen estando sometidas y son el objeto del sometimiento. Si una mujer llega al poder no lo hace como mujer, sino ocupando el lugar del varón, así como éste, considerado como mero (re)productor despojado de derechos, ocupa el lugar de la mujer. Todo ello ocurre a pesar del hombre; es Dios o el Dinero (los mercados) quien así lo manda. Tan difícil es para las mujeres entender la voluntad de Dios que las despoja de alma y sólo les reserva el papel de meras reproductoras, como para el pueblo comprender el juego caprichoso de los Mercados que les reserva el papel de meros productores de bienes y les despoja del derecho a decidir. Por eso se dice que la única revolución posible es la revolución de las mujeres.

El Estado es el sistema que ordena y administra esta situación de sometimiento al Otro mediante la fuerza bruta y la Fe en que este ordenamiento viene de lo Alto. No es casualidad que los primeros sacerdotes fueran guerreros y los monarcas, dioses o representantes de los dioses.
El estado democrático supone un cambio importante no porque sea encarnado por el pueblo, como se quiere buscar en su etimología, pues, la palabra demos no significaba para los antiguos griegos lo que significa la palabra “pueblo” para nosotros; ni tampoco cabe pensar en un gobierno del pueblo por el pueblo (lo que más bien constituye un oxímoron), pues lo propio del pueblo es precisamente su situación de dominado, de estar abajo. El pueblo que ejerce el poder deja de ser pueblo. Supone un cambio porque aparece el concepto de ciudadano como sujeto político y se reconoce que el Poder emana del conjunto de los ciudadanos, o sea del pueblo, al que se reconoce en la propias leyes constitutivas del Estado unos derechos universales. El Estado, sus instituciones y sus recursos se ponen al servicio del pueblo y garantizan la satisfacción de sus derechos y necesidades. Los valores democráticos por excelencia son la libertad, la igualdad y la solidaridad y no caben otros valores derivados de la Fe en un Dios por encima de los hombres.

Esta es la razón por la que al Dios eterno, al Dios-capital, no le gusta la competencia de otro tipo de fe horizontal que use la riqueza para alcanzar un bienestar sin hipotecas.

No es la democracia, como simple mecanismo electoral o como juego para seleccionar a los más capaces, lo que estorba al Poder Único del Capital Global, sino el Estado como estructura social que regule la convivencia pacífica e igualitaria de los ciudadanos. Siendo la dueña del Dinero y sus templos la Cosa Privada, la Cosa Pública es la bestia negra del Capitalismo. Lo privado es, pues, la Casa de Dios.
La lucha ya no se da entre clases (la de los trabajadores y los patronos), ni entre ricos y pobres, sino entre lo público y lo privado, lo de Todos y lo de Uno, y el campo de batalla se sitúa en el propio Estado democrático. Por eso en todos los templos del Dinero no se pide otra cosa que la no intromisión de los Estados en los asuntos de económicos y la no regulación de los movimientos del Dios-capital por el ancho mundo global. Dios sabe, el Dinero es Sabio, él solo sabe autorregularse. La pobreza es un estado de transición hacia la riqueza y se produce por no aceptar los dogmas de Dios y sus recetas neoliberales. Los países PIGS de la UE, por ejemplo, tienen primero que hacer lo que Dios manda, sus deberes, para que el Capital vuelva a ellos y los colme de felicidad. En el Futuro, claro está, la dicha, el saldo de la deuda, como el reino de los Cielos, está siempre en el Futuro. Esa es la Fe. Todo lo que hacemos es para el Futuro. Y ya sabemos todas que quien bien te quiere te hará llorar.

El mayor enemigo que tiene el Poder Capitalista es el Estado Democrático; es su Anticristo. Al Capitalismo lo que le interesa es que no haya Estado, que nadie legisle en materia económica. ¿Quién puede procurarnos más riqueza que las manos privadas, quién puede ocuparse mejor de la educación de nuestros hijos, de nuestra salud, quién puede gestionarlo todo mejor que las manos privadas, los administradores de Dios, acostumbradas a engrandecer el nombre de Dios y a aumentar su Capital? Su entrega en el servicio es abnegada y total porque, tratándose de Capital, nunca tienen bastante. Y ya se sabe, “de las cosas de Dios, cuantas más mejor”.

El Gran Capital Financiero ha aprendido la lección de la última intentona fascista. ¿Para qué invadir países y someterlos al dictado de una clase privilegiada con tanto gasto de dinero y esfuerzo? Bastaba con colonizar los aparatos del Estado sirviéndose para ello del sistema democrático. ¿Qué mejores servidores de lo Público que los administradores y defensores de lo Privado? ¿Qué mejor consejero del Capital que un ex-ministro? ¿Y qué mejor que gestionarlo todo, incluido el Estado y sus administraciones públicas como si fueran una Empresa privada, si de lo que se trata es de ahorrar, es decir, de ganar Capital?

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19-J Homilia dominical (3)

III

El Poder económico se ha valido del pensamiento postmoderno que ha ido destilando a través de la propaganda, de la industria del ocio, del espectáculo y de todas las formas de cultura de masas para modelar una clase social adormecida y entretenida por toda clase de fantasías y ensoñaciones, como el cuidado obsesivo del cuerpo o de la propia imagen aparentada y enloquecida por el éxito fácil, la fama y la satisfacción de todos los deseos. No es de extrañar que una sociedad infantilizada, caprichosa y egoísta, entregada al consumo compulsivo mediante una publicidad que inunda hasta el último rincón de la vida cotidiana, no dude en identificarse con todo lo que signifique éxito sin pararse a pensar en los medios utilizados para alcanzarlo, en su validez moral o en la mera apariencia e inmediatez del mismo.

El resultado ha sido la metamorfosis de la ciudadanía en una masa de consumidores y del sufragio universal en la universalidad del consumo. Todavía no lo sabemos,pero esta sociedad se sostiene no con el voto, sino con el consumo. ¿Por qué insisten tanto nuestros políticos en que es tan importante ir a votar? Porque, si no fuera nadie, no pasaría nada, todo seguiría funcionando y se descubriría el engaño. Un Estado convertido en un Trust o una Corporation (con sus propias marcas España, La Roja, las Procesiones o los Toros), unos servidores públicos que son agentes de Bolsa corruptos y un pueblo soberano sustituido por una masa de zombis consumistas y sin soberanía, que aplauden la corrupción porque han vendido los valores democráticos por un crucero por el Caribe, un cuatro por cuatro o una operación de cirugía estética.

El asalto al Estado está a punto de concluir o quizá ya ha concluido y no lo sabemos, porque esa noticia no se publicará en los medios del Capital. Los periódicos y la tele se dedican a desprestigiar los servicios públicos presentándolos como organismos incompetentes y despilfarradores; a dar una imagen de la política como el arte de la corrupción y la desvergüenza, a presentar a los sindicatos como un atajo de ganapanes y de traidores, y, en fin, al pueblo como un niño malcriado e irresponsable que vive por encima de sus posibilidades y sólo quiere cobrar el paro y hacer botellón.

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19-J Homilia dominical (y 4)

IV

Ante esta situación de extremo peligro en la que nuestro mundo se parece cada vez más al que refleja la película 1984, sólo caben dos tipos de respuestas, una privada, personal, y otra social y cooperativa.

De forma personal debemos tomar conciencia de cómo nos hemos vuelto rehenes de una situación, qué es lo que nos mantiene bajo el yugo Capitalista; cómo el Poder nos mantiene atados a él sin capacidad de reaccionar. ¿Se trata sólo de hábitos sociales o es algo más profundo? ¿Habrá que buscar en el pensamiento, en la psique, destino último de la propaganda y el bombardeo publicitario (deseos, miedo, autoestima)? Es posible que tengamos que pensar con otra lógica, una lógica distinta de la que el Poder, a través de los medios, nos ha ido imponiendo. Quizá deberíamos pensar al revés. En primer lugar usar la publicidad como guía negativa de lo que no debemos hacer. No aceptar regalos, huir de las ofertas, de las marcas conocidas (¡ojo! que el Poder aprende rápido y ya nos ofrece las no-marcas como lo más ventajoso), huir del ahorro, del rendimiento y, sobre todo, huir del primer mandamiento; comprar, comprar, comprar. Hay que reducir el consumo, prescindir de la energía al máximo. Dar preferencia a los comercios pequeños, cercanos, que no cambien a sus empleados cada tres meses, que no estén inundados de marcas de grandes multinacionales, etc. Cambiar las formas de entretenimiento, incluso cuestionarse el entretenimiento mismo. ¿Entretenernos para qué? ¿Para olvidarnos de la Fe que se nos impone? ¿Para no pensar, para no darnos cuenta de lo que hay detrás de esto? ¿Por qué está necesidad de viajar, de buscar el descanso en lugares tan alejados y a través de agencias de viajes? Hay que prescindir al máximo de los canales comerciales que impone el sistema.
Hay que interpretar negativamente toda preocupación de Sistema por nuestra salud, por nuestro bienestar, por nuestra economía.

El poder da mucha importancia a la imagen personal y ha creado unos estereotipos, unos modelos que nos propone. Nosotros nos enfrentamos al Poder huyendo de sus modelos y creando otros, pero quizá el mejor modo de zafarse del Poder sería huir de los modelos. Los punk, los rasta, los pearcing, los hippi, etc., son modelos asumidos por el Poder para que “todos” tengamos cabida dentro de él de una manera visible. Debemos prescindir de todo modelo, de todo intento de mejora; el aprendizaje es un esfuerzo personal de atención, los educadores sólo pueden crear las condiciones apropiadas para que el aprendizaje se produzca pos sí sólo. Llevan más tres mil años ofreciendo al mundo sus enseñanzas sin conseguir apenas resultados. La mera instrucción es muy peligrosa, pues prepara a los jóvenes para ser muy útiles al Poder, pero inútiles para la convivencia justa, solidaria y pacífica.

La lucha cooperativa también debe empezar por una organización mínima que permita realizar boicots espontáneos, acciones efímeras y lúdicas, quedadas por internet, ataques a páginas y sitios significados de la web, etc. Son una forma casi personal de aprender a zafarse de las imposiciones del Poder y de estorbar la pax augusta que necesita para campar a sus anchas y “ahorrar” gastos extras, y nos daría, además ciertas alegrías que ayudarían a cobrar confianza en nosotros mismos.

Pero se necesita una mayor incidencia en el Sistema para dificultar la imposición del Orden al que continuamente nos somete y una mayor insistencia en la organización de acciones contra el Poder capitalista. Sin embargo, una fuerte organización sería usar sus propias armas, participar en el juego del Poder, por lo que una organización “desorganizada” confundiría al Poder y ayudaría a mejorar la lucha. Prescindir de Siglas, Ideologías y Programas cerrados nos da dos ventajas. Una dificultad de identificación, información y control por parte del Poder. Decir que somos “indignados” es decir mucho, y es no decir nada. Los movimientos que surjan deben de cambiar de nombre cada tanto tiempo, deben surgir de otros movimientos o grupos y deben terminar fusionados en otros movimientos. La organización de Plataforma de plataformas es muy adecuada, siempre que la Plataforma no sea nada, ni nadie. Simplemente un agujero negro sin materia, pero con una capacidad de atracción inmenso. Si convoca DRY, DRY no debe estar; sólo aquellos movimientos que específicamente no son DRY. Otra ventaja es que tampoco es posible la identificación con ningún Centro Ideal ni puede surgir una Fe en el mismo. Intentar el mejoramiento de las estructuras nos llevaría a una situación no muy distinta de la que vivimos; unámonos o no a este movimiento, participemos o no en él, pero dejemos que se desarrolle libremente, que crezca o que muera, como todo lo que rueda por este mundo. Quizá, como suele ocurrir con todo, dé sus frutos en otro sitio, en otro momento; lo importante son las personas, no las ideas. Por eso algunas plataformas se han creado para defender puntualmente determinados derechos de las personas. El pueblo no somos todos, el pueblo es la parte no individual que existe en cada uno de nosotros. Cada uno somos pueblo.
El uso de un nick y un avatar que suele cambiar de una red social a otra, de una cuenta a otra, es algo que se rebela contra la imposición del Poder de tener cada uno nombre único y un número y un nacimiento con fecha que se recuerda cada año, que no es otra cosa que recordarnos que hay una muerte preparada para nosotros con una fecha precisa y, por lo tanto un Futuro. Esta es la mayor trampa y la más efectiva que nos tiende el Poder. El uso de varios nombres y pseudónimos desquicia al poder. Eso lo saben bien los anonymous.

DRY no debería hacer propuestas de cómo ha de cambiar el sistema. Sus puntos deberían ser solo negativos: NO al sometimiento de las instituciones políticas democráticas al dictado de los Bancos. NO a la corrupción política generalizada; NO al bipartidismo; NO al llamado “Pacto por el €uro”; NO a etc. Si empezamos a proponer un programa, un sistema ordenado, unas leyes, empezamos a constituirnos como Poder. Dejemos simplemente de sostener el Poder, de sostener al Capital, de sostener el Futuro y de sostener la Muerte con mayúsculas.